Dicen que existe mil maneras diferentes de hacer la ratafía, una bebida tradicional a base de hierbas y nueces: tras el proceso el resultado es un licor fuerte de gusto algo amargo y estomacal.
Antiguamente esta bebida se elaboraba en todas las casas, aunque poca cantidad 3 o 4 litros. Se bebía en contadas ocasiones, durante la fiesta mayor o por Navidad. Según cuentan los más veteranos, esta bebida "medicinal" podía ser elaborada en cada casa de manera diferente, y añaden que "cada hierba tiene su efecto. Quien bebe este licor esta libre de los dolores y males de estomago, aunque si que esta claro es que si se bebe demasiado de la misma podamos perder un poco la cabeza, o lo que es lo mismo, agarrar una buena cogorza. Es un licor muy fuerte que en la mayoría de los casos contiene un 40% de alcohol.
Uno de los aspectos fundamentales para poder elaborar esta bebida es el de conocer las hierbas que pueblan los bosques y campos que rodean al pueblo. Son los pastores que conocen a la perfección las montañas y parajes naturales de su población quienes son verdaderos especialistas. En la zona del Montmell ( Comarca del Baix Penedès ubicada en la província de Tarragona) donde antiguamente hacían la ratafía con nueces verdes y mezcla de nueve hierbas diferentes de la zona: marialuisa, menta, alfalfa, sajolida, lavanda, romero, camomila, tomillo y puniol. En la actualidad puede llegar a las 20 variedades diferentes de hierbas, es una manera de ir experimentado a lo largo de los años para obtener cada vez más un mejor licor.
El proceso de elaboración es el siguiente:
1. 5 litros de alcohol de 95º
2. Poner en maceración las hierbas en una botella de cristal
3. Colocar la botella 40 días al sol y al sereno
4. Pasado el tiempo hay que escurrir las hierbas y se añade 1 kg de azúcar. Si la bebida la encontramos demasiado fuerte podemos añadir agua.
La fórmula más antigua que se conoce es de 1842, de un recetario encontrado en la comarca de la Selva, donde constan recetas de diferentes tipos de licor, cocina y remedios caseros. La ratafía se elaboraba en las casas de payés y formaba parte de las múltiples bebidas que se consumían. Cada uno daba su toque especial al licor, un secreto bien guardado que pasaba de padres a hijos. Actualmente, muchas familias siguen preparando ratafía, pero la que se comercializa proviene de pequeñas o grandes empresas especializadas.
El gusto es muy dulce y la espesura depende del elaborador. Tiene un color caramelo típico más o menos intenso, también según el elaborador. Se comercializa en botellas de vidrio o materiales nobles para no perjudicar la composición del líquido. Se conserva durante mucho tiempo, tanto si ha sido preparada en casa como en unas instalaciones. Se vende especialmente en las zonas de producción, aunque las empresas más grandes distribuyen por toda Cataluña, principalmente en supermercados. Se bebe a temperatura ambiente, en la sobremesa, pero también fresca como aperitivo o consumo nocturno. Es ideal para acompañar frutos secos y galletas.La ratafía forma parte de las tradiciones gastronómicas de varias comarcas europeas, como el Piamonte y la Borgoña.
En Cataluña se celebran varias ferias y fiestas para promocionarla. En Centelles se organiza cada mes de junio la fiesta de la ratafía, donde además de degustar el licor se dan charlas para dar a conocer el producto. En Besalú organizan la feria de la ratafía en diciembre.
La ratafía es un licor muy especial con infinidad de matices. En cada sorbo, y a través del aroma y de la variedad de gustos que quedan en el paladar, el bebedor se empapa de un trozo de bosque.
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