ZEGAMA - AIZKORRI 2007










ZEGAMA – AIZKORRI 2007: Mi relato

Antes de empezar mi narración personal de esta carrera de montaña quiero hacer referencia y especial mención a la organización de la misma y en general al conjunto del pueblo vasco por hacernos sentir a los que venimos de fuera como si estuviéramos en nuestra propia casa y además permitirnos vivir las emociones y experiencias prácticamente inenarrables que sin lugar a ninguna duda cualquier corredor de montaña desea sentir en algún momento, aunque sólo sea por una sola vez en su trayectoria deportiva.

Zegama –Aizkorri es la CARRERA de las emociones, dura como las piedras y las cimas que conforman el recorrido no deja indiferente a nadie, ni a espectadores y mucho menos a corredores. En un ambiente espectacular marcado por la fiesta y en una atmósfera cargada de nerviosismo, emoción y previsión de sufrimiento se acercaba la hora de dar comienzo la VI Edición de la Maratón Alpina Zegama-izkorri, última prueba valedera para la copa del mundo Buff-Skyrunner world series FSA 2007 y última prueba valedera para la copa de Euskadi.

En la línea de salida 400 participantes con los nervios a flor de piel, pensado en los 42 Km y 195 metros que tenían por delante y con los miles de montañeros y aficionados que sin dudarlo ni un momento darían todo el calor humano y apoyo a los corredores. Otro detalle que me gustaría destacar y que al menos para mi es tan importante como todo lo anteriormente descrito es el echo de poder correr con la élite de los corredores de montaña y que además se jugaban el campeonato del mundo entre tres corredores con opciones a conseguirlo. El duelo estaba garantizado.

El día amaneció fresquito el día anterior había llovido y una bruma rota y algo densa abrazaba y rodeaba algunas de las montañas por las que debería transcurrir la carrera. Pero a medida que iba transcurriendo la carrera se alcanzaban los puntos más altos del recorrido, se podía ir descubriendo un cielo azul radiante y un sol que empezaría a hacer de las suyas entre los corredores hasta la llegada, echo que llevo con dichas condiciones atmosféricas a que al final de los 400 participantes 348 corredores lograron cruzar la línea de meta.

Podría realizar una descripción interminable del recorrido, no sólo por su dureza sino especialmente por su belleza que aunque a algunos les pueda parecer imposible (típica pregunta: ¿a pero veis el paisaje?) pudimos no solamente disfrutar con el sentido de la vista sino con los cinco sentidos: senderos, prados, hayedos, bosques de diversas especies vegetales, cimas espectaculares, precipicios y mucha naturaleza exuberante típico del País Vasco. Aunque si me gustaría destacar alguno de los puntos del recorrido muy especiales para mi: Sancti Spiritu, abarrotado de gente donde se iniciaba una impresionante y durísima subida hacia la cima de Aizkorri, que nada tenía que envidiar al anterior punto en cuanto al número de espectadores y dificultad especialmente técnica. Con la piel de gallina por los ánimos y gritos de apoyo de los aficionados el siguiente y espectacular objetivo es la cota más alta de la competición, la cima de Aitxuri (1.551 metros). Desde ese punto se iniciaba un vertiginoso y técnico descenso hacía Oltze. No quiero dejarme en el tintero el tramo entre Oltze y Urbia la terrible ascensión a la cima de Andraitz así como su bellísimo y progresivo descenso en dirección a la ansiada línea de meta de Zegama.

Tras recorrer los últimos 10 kilómetros sufriendo más de lo que yo pensaba debido evidentemente a la dureza del recorrido, pero también a la “pajara” que se apodero de mi al final de la subida desde Sancti Spiritu y que lleve conmigo sin darme tregua hasta pasado el control de Urbia, empecé a crecerme cuando contemple el ansiado cartel indicador de kilometro 40. Para resumirlo de manera breve pero con la intención de reflejar lo que sentí en ese mismo instante cuando mis ojos alcanzaron verlo fue como si me inyectaran alguna especie de estimulante que posiblemente me hubiera llevado de nuevo a la cima de Aizkorri. Bromas aparte pude comprobar que las emociones siempre están a flor de piel, pero no podía imaginarme lo que todavía me esperaba a los últimos 500 metros por dentro del pueblo de Zegama. Mis ojos no alcanzaban a creer lo que estaba viendo, las calles repletas de gente apoyadas en las vallas, golpeándolas y animando sin con todas sus fuerzas. Increíble, hay que vivirlo para comprender el porque de muchas cosas que rodean a los corredores y en especial a los de montaña.

Mis más sinceras FELICITACIONES a todos los que hacen posible que estos eventos existan y podamos participar en ellos. Ya esperamos con ansiedad la próxima edición.

Gracias………

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