FUNCIONAMIENTO DEL PULSÓMETRO

El músculo cardíaco se contrae por un sofisticado sistema eléctrico que genera el latido. Es parecido a lo que ocurre si nos colocamos un electroestimulador sobre cualquier músculo, éste se contrae. Esta actividad eléctrica es detectada por la banda pectoral, el llamado transmisor, el cual dispone de un par de electrodos muy sensibles, es amplificada y emitida hacia el receptor, el reloj. La unidad de muñeca la detecta y calcula instantáneamente lo que supone ese ritmo de impulsos eléctricos en pulsaciones por minuto. El impulso se transmite de forma inalámbrica al reloj, sin cable alguno.



La banda del pulsómetro debe hacer un buen contacto sobre el pecho para captar correctamente las pulsaciones. Puede humedecerse ligeramente por dentro para que marque bien desde el primer momento. Al acabar es importante secar la banda, ya que así ahorraremos batería, teniendo en cuenta que se activa su funcionamiento con la humedad.



Recomendamos la utilización del pulsómetro siempre, especialmente cuando se realiza una actividad física o deporte de alta intensidad aeróbica. El pulsómetro siempre permitirá conocer la frecuencia cardiaca en todo momento. Se comporta como el cuenta revoluciones de un coche: cuanto más trabajen los músculos más alta es la cifra que en el se va a leer.

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