El ejercicio físico es por tanto parte integral del tratamiento de la diabetes, además de las ventajas que a corto plazo aporta su práctica (descenso de la glucemia, disminución de las necesidades de insulina....) es beneficioso también a largo plazo sobre el metabolismo lipídico, tensión arterial y actividad cardiaca, es decir mejora los factores de riesgo de arteriosclerosis.
Efectos del ejercicio sobre el control de la diabetes
Durante el ejercicio, en un sujeto no diabético, se produce una disminución de la insulina y un aumento de glucagón lo que permite la liberación hepática de glucosa. Para preservar la función del sistema nervioso central los niveles de glucemia se mantienen bastante estables durante el ejercicio.
En la persona diabética no se produce esta disminución de insulina durante el ejercicio, lo que lleva a una disminución de la producción hepática de glucosa y a un aumento de la utilización periférica de la misma, lo que incrementa el riesgo de hipoglucemia. Si en el momento en que se realiza el ejercicio los niveles de insulina son bajos y hay una excesiva liberación de las hormonas contrainsulares (glucagón, adrenalina,...) se incrementan los niveles de glucemia y de cuerpos cetónicos e incluso se puede precipitar una cetoacidosis diabética.
Riesgos potenciales del ejercicio en la diabetes tipo 1
El ejercicio también hace que la sensibilidad a la insulina se incremente y este efecto persiste durante horas, lo que explica que junto al riesgo de hipoglucemias precoces también exista un mayor riesgo de hipoglucemias tardías.
Para evitar estos riesgos de hipoglucemia precoz: disminuir la dosis previa de insulina, en el caso de estar utilizando análogos de acción corta no se debe realizar ejercicio en las dos primeras horas y tomar hidratos de carbono suplementarios.
Otro de los riesgos es la producción de hipoglucemias poco tiempo después de terminar el ejercicio que se deben al mayor consumo de glucosa por parte del músculo y del hígado para reponer las reservas de glucógeno gastadas.
Las hipoglucemias tardías que se pueden producir hasta unas 18 horas después se deben al aumento en la sensibilidad a la insulina.
Para evitar estas dos situaciones hay que tomar hidratos de carbono extra y reducir las dosis de insulina posteriores al ejercicio junto a un control más frecuente de las glucemias capilares.
Hiperglucemia inducida por el ejercicio
En el sujeto diabético la respuesta al ejercicio de alta intensidad es anormal y se produce una hiperglucemia mayor y que persiste más tiempo. A ello contribuye que no aumentan las cantidades de insulina en el período post-ejercicio.
Cetosis inducida por el ejercicio
Antes del ejercicio hay que ajustar la dieta y la insulina, para ello hay que hacerse glucemias capilares.
- Antes del ejercicio hay que realizar un calentamiento progresivo y suave sin estiramientos, dejemos estos para el final de la actividad. También debemos calentar las articulaciones con ejercicios suaves de rotación.
- 5-10 minutos de actividad aeróbica (caminar, bicicleta...) a baja intensidad para preparar los músculos, el corazón y los pulmones para el aumento de actividad que se produce ante un ejercicio intenso.
- Al terminar el ejercicio hay que hacer un enfriamiento de 5-10 minutos para progresivamente disminuir la frecuencia cardiaca al nivel pre-ejercicio.
- Se recomienda hacer ejercicios aeróbicos, (marcha nórdica especialmente en personas mayores o no habituadas a la práctica de actividades físicas.
- Llevar calzado adecuado.
- Llevar identificación de su condición de diabéticos. (muy importante, comunicandoselo a los instructores y/o monitores de la actividad).
- Estar adecuadamente hidratados tanto antes como durante el ejercicio.
- Durante el ejercicio intenso hay que tomar fluidos frecuentes y en cantidad suficiente.
- Control metabólico antes del ejercicio
- Evitar el ejercicio si la glucemia es mayor de 250 mg/dl y hay cetosis o si es superior a 300 mg/dl aunque no exista cetosis (y no se debe a una ingesta reciente).
- Ingesta de hidratos de carbono extra si la glucemia es inferior a 100 mg/dl.
- Monitorizar la glucemia antes y después del ejercicio.
- Identificar cuándo son necesarios cambios en la insulina y en la ingesta.
- Aprender la respuesta glucémica a los diferentes tipos de ejercicio
- Ingesta de alimentos adecuada
- Tomar tanta cantidad de hidratos de carbono como se necesite para evitar la hipoglucemia
- Hay que tener hidratos de carbono disponibles durante y después del ejercicio.
- La glucemia segura para realizar el ejercicio entre 100 y 250 mg/dl. Si inferior a 100 mg/dl hay que tomar alimento para evitar la hipoglucemia. Si superior a 250 mg/dl hay que verificar si hay cetosis.
- Si cuerpos cetónicos positivos poner suplementos de insulina y no hacer ejercicio hasta que se negativicen y la glucemia sea inferior a 250 mg/dl.
- Ante un ejercicio vigoroso y prolongado: tomar suplementos de hidratos de carbono cada 30 minutos con monitorización frecuente de la glucemia capilar. Incrementar la ingesta hasta unas 24 horas después dependiendo de la intensidad del ejercicio para evitar hipoglucemias tardías y bajar la dosis de insulina post-ejercicio.Se aconseja en los niños suplementar con 10 a 20 gr de hidratos de carbono por cada 30 minutos de ejercicio intenso, pero siempre de manera individualizada.
- Si se puede planificar el ejercicio, lo mejor es reducir la insulina correspondiente.
TODOS TERMINARÓN. Nadie dejo escapar la ocasión de comprobar de lo que son capaces de hacer y que en realidad su capacidad para asumir retos de estas características donde el hombre y la naturaleza se miden en kilómetros y distancia es ilimitado.
Esto sólo ha hecho que empezar, tras las típicas preguntas que todo el mundo se hace cuando ya lleva unas cuantas horas poniendo a prueba sus piernas como - ¿ Qué coñ.... hago yo aquí ? o - ¿ Por qué estoy haciendo esto ? . La respuesta suele siempre venir acompañada al cabo de unas horas o días en las que automáticamente ya se decide cual será el próximo objetivo y, aunque parezca de locos tras haber padecido y sufrido siempre se busca que el próximo reto tenga un poco más de dificultad.
Que le vamos hacer así es la vida y estas son aunque parezca una barbaridad, las consecuencias positivas de llevar una vida saludable a través de la práctica de ejercicio físico en la naturaleza y de hacer que una nueva filosofía de vida y concepto de movimiento como es el "nordic walking" entre en las vidas de cualquier ser humano.
Nuestras mas sinceras - ¡¡¡..FELICITACIONES...!!! - a todos y esperamos en breve poder ofrecer las fotografías de la emotiva jornada de ayer en la que todos con una sonrisa de oreja a oreja pese al cansancio demostraron a la llegada.
También desde aquí queremos - ¡¡¡ ... FELICITAR ...!!! - muy especialmente a JUAN, Instructor de Nordic Walking de Calafell, por su preocupación en realizar las inscripciones, organizar la salida, encargarse de la recogida de los dorsales y estar al lado de todos en todo momento.
Gracias Juan...........
(esperamos en breve poner las fotos oficiales de la llegada de cada uno de participantes)
Entre 200 y 300 mg/dL: RIESGO INTERMEDIO.
Mayor de 300 mg/dL: ALTO RIESGO.
- HDL - Lipoproteína de alta densidad, con mayor número de aproproteínas.
- LDL- Lipoproteínas de baja densidad, con mayor número de lípidos.
Dicho de otra manera, hablamos del COLESTEROL bueno (HDL) y del COLESTEROL malo (LDL).
Os facilitamos 6 consejos para combatir el colesterol y no morir en el intentodebiendo poner una especila atención al último:
- Evitar el cigarrillo y el café, éste no por la cafeína, sino por otros componentes que aumentan el colesterol.
- Comer abundantes frutas, verduras y cereales como manzana, aceite de oliva, aguacate, lentejas, guisantes, avena, zanahoria, repollo, cebolla y brócoli.
- Controlar el consumo de huevos, porque la yema tiene concentrado el colesterol, no comer más de 3 huevos a la semana. Si vas a comer la clara, no hay problema porque no tiene colesterol.
- Moderar el consumo de productos de origen animal como carnes rojas, lácteos, embutidos y mantequillas que tienen grasas saturadas que aumentan el colesterol.
- Aumentar el consumo de fibras, que nos ayudará a no absorber el exceso de grasa y azúcares. Recomendamos el salvado de la avena como la fibra más adecuada, ya que como todas las fibras, aporta muy pocas calorías y además favorece el tránsito intestinal
También en la naturaleza existen muchas plantas con la propiedad de hacer disminuir el colesterol. Las más utilizadas son: alcachoferas, alpiste, dienete de león, borraja, ajo, alfalfa, melisa, zaragatona...
Cada vez se habla más de los fitoesteroles vegetales, que son compuestos naturales con la capacidad de absorrber el colesterol a nivel intestinal, ya que poseen una estructura similar a la del COLESTEROL HUMANO.
CONCLUSIONES
La naturaleza es una perfecta aliada para mantenernos sanos. Con pequeños cambios en nuestros hábitos alimenticios y la ayuda de algún complemento natural y SOBRE TODO DE LA PRÁCTICA DE ALGUNA ACTIVIDAD FÍSICA (desde aquí recomendamos de manera especial la MARCHA NÓRDICA O "NORDIC WALKING"), podemos conseguir mantener el colesterol dentro de los niveles acosejables para un correcto funcionamiento de nuestro organismo y gozar de una buena salud.